Reservamos las entradas a las 16:00 horas. Teniendo en cuenta que la hora de cierre era las 18:50, había tiempo de sobra.
Cual seria nuestra sorpresa cuando a las 17:10 ya nos estaban echando. Primero nos quedamos un poco aturdidos. Como los horarios de los museos en Italia es un lío según que día de la semana, pensamos que habíamos metido la pata. Pero no.
Resulta que ese día el personal decidió hacer una asamblea a las 17:30 y por tanto, cerraban.
Lo gracioso, es que cuando nosotros entramos, había una cola tremenda, con lo que hubo gente a la que dejaron entrar para que estuviese tan solo un rato. Se pensarán que con ver el David es suficiente.
Hubo gente que se indigno, y lo despacharon con el despectivo, "lo entiendo, ponga una reclamación si le parece". Y adiós muy buenas.
Cuando ocurre algo de esto, los mismos italianos te dicen: "Esto es Italia".
Moraleja. Que compres una entrada con reserva (cara, por cierto) y vayas con tiempo, no te asegura nada.
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